jueves, 16 de junio de 2011

¿MUERTE?


Me gustaría comenzar este post manifestando mi curiosidad  y turbación sobre el tema con el que voy a intimar. Sabía que iba a ser una entrada que tenía que trabajar, por lo que pasaron los días sin tener una razón por la que empezar a escribir ¿Por qué ahora?
Hace días mi madre me pidió que la llevase a “hacer unos papeles” al pueblo de al lado. Cogí el coche un poco tembloroso posiblemente por mi inexperiencia en esto de conducir o quizás por lo que se avecinaba. Llegando al pueblo, debía estar pendiente a las instrucciones de mi madre y entrar por la calle correcta, de lo contrario me pasaría como siempre. Di el intermitente “clic-clac-clic-clac-clic-clac” y esta vez sí que acerté. Era una calle empinada y al fondo vi como un grupo de personas se agolpaban en torno a algo, además, había dos coches de policía. Aparqué el coche.  Al bajar la calle, nos dimos cuenta de algo que intuíamos pero no queríamos confirmar. Había alguien tendido en el suelo, de lado y sangrando. La gente murmuraba sobre la tardanza de los medios sanitarios. En esos instantes me atormentaron una serie de preguntas ¿Cómo ha pasado?, ¿Estará consciente?, ¿Por qué no llega la ambulancia?, ¿Puedo hacer algo? Tras innumerables preguntas proseguí mi camino hacia los quehaceres de mi madre. 15 minutos más tarde ya habíamos terminado y nos dirigíamos nuevamente al lugar del siniestro. Esta vez era diferente, más gente farfullaba y se agolpaba en torno a la familia. Ya no había ninguna mancha granate en el suelo, ahora había una sábana blanca que tapaba el cuerpo. Uff y ahora qué pasa. Ahora es el momento de plasmar todo eso que últimamente me tiene frito.

Vale, este hombre a muerto posiblemente por un accidente. Ahora le harán un triste entierro, posiblemente asista medio pueblo y lo llevarán a su triste nicho. La familia lo pasará muy mal las primeras semanas. Su viuda tendrá que acostumbrarse a una vida en soledad, y por mucho que discutiese diariamente con él, lo ensalzará con los santos. Quizás esta señora no sea asidua a la cita obligada de los domingos, ni ponga velas a sus difuntos, ni su última palabra al acostarse sea Amén, pero en estos momentos tendrá la esperanza de que su marido esté en un lugar mejor. Tus hijos y nietos no te olvidarán, así será como figure en la sepultura. Sus hijos llorarán su pérdida –unos más que otros-  lo visitarán varías veces el primer año y después todos los primero de noviembre. Sus nietos y nietas intentarán consolar a su abuela, la invitarán a que pase unos días con ellos y más tarde la visitarán en vacaciones. Pobre señora, toda una vida rodeada de gente y llegó el momento de aprender a vivir su "primera" muerte, su primera soledad, su primera comida sola. Sus hijos y nietos crecerán y con el tiempo despedirán también a su abuela y la vida seguirá. Con suerte, los nietos tendrán hijos y les contarán anécdotas que vivieron juntos a sus abuelos y más allá de esto, seguramente llegue el olvido. Cuando alguno de los todavía vivos asistan a ese lugar tan tenebroso llamado cementerio, quizás pasen por la tumba y digan: “Creo que esa es la tumba de mi…”. Y hasta aquí el paso por este mundo. Qué pensáis, ¿es triste?, ¿nos pasará a todos?, ¿Qué puedo hacer para que me recuerden?  Ciertamente, algo parecido nos depara el futuro, pero ¿es justo?¿Qué os parece?

No escribo ésto para que paseis un mal rato, simplemente para que lo penseis. Tengo muchas respuestas y preguntas al respecto que poco a poco iré escribiendo. Y si os sirve de consuelo muchas respuestas nos deparan un futuro "bonito"...

8 comentarios:

Anónimo dijo...

No es triste si has tenido una vida plena, cuando tus sueños se han cumplido o al menos la mayoría.Es triste cuando alguien muere joven, sin haber podido hacer, ni conocer todo lo que tenía pendiente. Pero por ello existe un destino para cada uno y es el motivo por lo que tomamos unas decisiones y no otras.
Lo que está claro que el que pierde es el que se va, cada uno después se adapta a vivir sin esa persona y procura buscar otros nuevos momentos que llenen ese bacio. Si es cierto que mientras duren los más cercanos esa persona siempre será recordada por muy larga o corta que haya sido su vida.
A mí lo que me gustaría es que me recordaran por todo lo bueno y malo que haya hecho en esta vida. Pero no me gustaría que fuera con tristeza, siempre que se acuerden de mí sea con una sonrisa. El miedo que me da, es morir sola, eso sí es triste y ahí si que nadie te va a recordar.VERO (PAJARRACA)

Íncera dijo...

Muchas gracias por la aportanción.

Como muy bien dices lo que te gustaría es que recordasen por lo bueno que has hecho en la vida. Pero quién te recordará depués de 40 años fallecida... eso es a lo que me refiero principlamente. Imagina que dentro de 100 años te recordasen por algo bueno que hicistes para tu pueblo o tu trabajo... aparte de servir como motivación y ejemplo, rendirían tributo a tu memoria...

Inma dijo...

Qué más da que te rindan tributo? Crees que necesitamos realmente que nos recuerden por algo? Creo que es suficiente con la huella que dejamos en todos aquellos corazones que realmente nos quieren y que queremos. la muerte es triste, sí, pero es el ciclo de la vida... Unos nace, otros mueren... es ley que así sea. A mí también me da miedo morir, no sé qué habrá después, aunque intuyo que tras las cenizas poco puede quedar...
Al fin y al cabo, creo que las personas que realmente sufren tras una muerte no son más que quienes se quedan en la tierra... el que fallece, ya ni siente ni padece...

Inma dijo...

Por cierto, muy buena la foto. Me gusta.

JP dijo...

"No es que tenga miedo de morirme. Es tan sólo que no quiero estar allí cuando suceda."

Juan L. Vera dijo...

Bueno... ¿qué puedo decir que aporte algo nuevo a un tema tan viejo y repensado? Nada nuevo, tan sólo mi opinión al respecto. La cual, por cierto, es muy próxima a la de Inma. Efectivamente, el sufrimiento de la muerte recae sobre los que quedan en este mundo: sobre todas las personas que establecieron tantos y tan profundos lazos con esa persona que ya no está. El difunto es rápidamente separado (más bien arrebatado) a nivel físico de sus seres queridos al fallecer, pero la separación afectiva no es tan fácil.
El superviviente queda conectado a lo que vivió (recuerdos del pasado) y a lo que deseaba vivir (proyectos de futuro) con el difunto, y eso no se rompe así como así.
Por otro lado, tal y como dice Inma, a mí ni me importa ni me preocupa ser reconocido por quien no me llegó a conocer. Quiero dejar huella en las personas que están compartiendo el camino conmigo, y si mi huella les sirve para algo positivo, ¡ya habrá merecido la pena vivir!
Para mí, que me recuerden aquellos que me conocieron es más que suficiente. ¿Para qué quiero que sepa de mí alguien que no compartió un café o una caña o un simple saludo conmigo? ¿Para qué quiero que la persona X que vivirá de aquí a 200 años sepa de quién fui? Entonces, ¿tenemos que estar todos pendientes de la vida de los trillones y trillones de personas que han pisado este mundo antes que nosotros?
Sinceramente, a mí me inspira más en mi vida el ejemplo de los héroes y las heroínas cotidianos/as que he tenido la suerte de conocer, que cuarenta vidas de santos o grandes personajes históricos. Lo que hacen tantos buenos amigos y buenas amigas por seguir adelante en las situaciones más difíciles imaginables es, para mí, lo que más vale.
Lo demás (casi) me sobra.

Anónimo dijo...

No iba a pasar por el camino sin dejar una "miguita de pan para los pájaros" pues entiendo eso es la vida, parar por los caminos que nos han sido puestos dejando parte de tu semilla. Si haces el bien eso prosperará, si haces el mal, bendita sea la muerte que sega por igual a buenos y a malos para que lo nuevo recoja el fruto. Lo importante es aprender y si así lo hacemos, habrá un momento en que sólo la buena cosecha sea la que quede. Hay quién cree en el cielo, hay quién cree en otras vida, hay quien cree... no sé nada de eso, sólo sé que tengo esta vida y que hay que vivirla poniendo todo el empeño posible, dando todo lo bueno cuando la conciencia lo permite, porque por suerte o por desgracia NO somos totalmente libres y somos arrastrados por los condicionantes del pasado ya sean genéticos o aprendidos. La verdad: la muerte es un proceso de renovación impuesto por la naturaleza, para mi el sentido de la vida para que la apreciemos.

Anónimo dijo...

Bueno, lo prometido es deuda.
como te dije el otro día, debemos asumir que la muerte forma parte de la vida. pero si no sabemos asumir la vida, ¿cómo podemos aceptar la muerte? y ¿qué significa tener miedo a la muerte? miedo al sufrimiento, miedo a no volver a ver a las personas que queremos.
y ¿qué será de nosotros cuando ya no estemos?, ¿nos recordarán o nos olvidarán como si no hubiésemos existido? efectivamente, solo unos pocos son recordados, pero ¿qué importancia tiene? lo que nos debería preocupar es de llegar al "final" y pensar que hemos vivido. ¿por qué pensar tanto en la muerte y no pensar en la vida? si algo estoy aprendiendo de esta oportunidad que se me ha dado, a pesar de tener tan poca experiencia en ella, es que no puedo perder ni un instante más del necesario en pensar en algo que irremediablemente me va a suceder. eso sí, que cuando llegue el momento sienta que ciertamente la he aprovechado siendo feliz.
Y como decían por ahí, "que viva la vida, muera la muerte y triunfe el amor".
Aunque esto, es simplemente una opinión de nadie.